Apenas a 30 km de Salamanca se encuentra Ledesma, considerada uno de los pueblos más bonitos de España. En esta excursión combinaremos naturaleza e historia visitando también el vecino Puente Mocho.
La prehistoria de Ledesma
Se tiene constancia que sus primeros habitantes llegaron en época prehistórica. En la entrada del pueblo, por el puente, se encuentra el menhir de Ledesma. Los restos más antiguos de la población se encuentran bajo la plaza de San Martín, que fue excavada entre 1989-90. En el yacimiento aparecieron materiales procedentes de la Edad del Bronce Final (XIII-VIII a.C.) y del Hierro ( Siglos VIII-VI a.C.). Ledesma también cuenta con un verraco, hoy en los jardines de la Fortaleza.
Después llegaron los romanos, de los que conservamos el término augustal empotrado en la fachada de la iglesia de Santa María. Es una marca concedida por el emperador Augusto para delimitar los límites comarcales de su imperio. Aunque está muy desgastado, porque es del año 6 d.C., se puede leer lo siguiente:
Descubre Bletisa, ese rincón del Imperio Romano
“(I)mp(erator) Caesar Aug(ustus), pontif(ex) / Maxim(us), tribunic(ia) pot(estate) XXVIII. / co(n)s(ul) XIII, pater patr(iae). /Terminus augustalis inter Bletissam et Mirobr(igam) et Salm(anticam)”. El emperador César Augusto, pontífice máximo, investido 28 veces con la potestad tribunicia, 13 veces cónsul, padre de la patria. Término augustal entre Bletisa, Mirobriga y Salmantica.
Ya con la invasión árabe encontramos la tradición de los mártires de Ledesma, que data del año 745. Se dice que el hijo del gobernador musulmán, llamado Alí, disfrutaba jugando con los demás niños de la localidad. Poco a poco se fue integrando en la cultura cristiana y terminó recibiendo el bautismo y cambiando su nombre al de Nicolás. Su furioso padre decidió acabar con todo aquello de la forma más cruel, incluyendo a los clérigos y maestros del niño. En su honor sigue en pie una de las ocho puertas de la muralla -la de San Nicolás.
La repoblación finaliza en 1161, siendo rey Fernando II quien le otorgó su propio fuero. La Villa es cedida a miembros de la familia real, a quienes pertenece desde el reinado de Alfonso X hasta el siglo XV. En este momento Enrique IV la dona a su favorito, Beltrán de la Cueva, quien más tarde sería Duque de Alburquerque. Pertenecerá a su familia hasta el siglo XIX.
Ledesma es un ejemplo de conservación y restauración de su Patrimonio
La muralla comenzó a construirse con la repoblación, rodea todo el cerro donde se asienta Ledesma y en su interior guarda la Fortaleza. En uno de sus lienzos se aprecian con bastante facilidad las marcas de cantero en los sillares. Existen numerosas casas solariegas en el pueblo, debido al alto número de caballeros que allí se afincaron y quienes, a parte de sus labores militares, se dedicaban a la ganadería. Aunque no es posible visitar sus interiores, porque son privadas (¡qué suerte!), todos los edificios históricos cuentan con señalización explicando su historia.
En los últimos años las tareas de rehabilitación y restauración han sido exhaustivas. El resultado es un casco histórico que conserva su encanto tradicional, con callejuelas y plazas por las que da gusto pasear y sentir como te transportas a otra época.
Uno de los lugares más agradables para el disfrutar de Ledesma es el Paseo de Alonso Andrea. Esta zona ajardinada invita al descanso y a disfrutar de las vistas sobre el Tormes. El Puente Antiguo, de cinco ojos, ha sido bastante reconstruido en distintas épocas, y fue casi derruido durante la Guerra de la Independencia. Por su parte, el Puente Nuevo se inauguró en 1954. Ambos constituyen una de las imágenes más características de Ledesma.
El Puente Mocho y la Vía de la Plata
De la antigua puerta del Sol salmantina (hoy Universidad Pontificia en la calle Compañía) salía un ramal de la Vía de la Plata en dirección a Ledesma. Antes de llegar, pasa por los Baños de Ledesma, donde brotan aguas termales y aún hoy sigue funcionando el balneario. Saliendo de Ledesma, por la derecha del Tormes, volvían a salir distintos ramales de la Vía. En la que va en dirección a Moraleja de Sayago encontramos el Puente Mocho, de época alto imperial y fabricado en sillería de granito. Los trabajos posteriores son de mampostería con argamasa. El paisaje que lo rodea tiene alto valor ambiental, rodeado de encinares y peñascales: un auténtico bosque mediterráneo.
¿Cómo llegar al Puente Mocho?
Nada más salir en el desvío de la carretera SA-311 hay una zona de aparcamiento. El camino hasta la entrada a la calzada romana es de tierra, bastante ancho (pueden cruzarse dos coches, pero actualmente está prohibido el tráfico para preservar el entorno) y discurre cómodamente por la dehesa. La distancia hasta el puente es de unos 2.5 km. Donde comienza la calzada hay otra pequeña zona con paneles explicativos, y luego el acceso está vallado para que no se escape el ganado. El descenso hasta el puente es un poco empinado, los niños pueden bajar y subir andando, pero no los cochecitos…
Es una zona fantástica para pasar un día en contacto con la naturaleza, almorzar y apreciar la calidad arquitectónica de este Bien de Interés Cultural.
¿Por qué Ledesma gusta a padres e hijos?
Quizá el manjar más conocido de Ledesma sean sus rosquillas. Son unos roscos pequeñitos, hechos artesanalmente en dos obradores locales, ¡y están deliciosos! Ni sé la de kilos que habremos comido en casa 🙂 Por cierto, organizan visitas guiadas y talleres, abajo os dejo la información.
Si os gustan los castillos y murallas medievales, el castillo es visitable y gratuito. Sólo hay que pedir las llaves en las cafeterías de la plaza de la Fortaleza. Todo está muy bien conservado, así que es fácil dejar volar la imaginación.
Y si queréis combinar naturaleza e historia, el paseo hasta el Puente Mocho es vuestro sitio -con un merecido picnic para reponer fuerzas, ¡claro!-.
¿Cómo citar este artículo?
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- Estilo académico: Marieta Bermudo. «Ledesma y el Puente Mocho». Historia, maleta y niños. Mayo, 2019. https://www.historiamaletayninos.com/hoy-vamos-a-ledesma-y-el-puente-mocho/. Fecha de acceso
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¡Gracias!
Si queréis saber más de Ledesma
Martín Martín, J.L y S. Martín Puente (coor). Historia de Ledesma. Ediciones de la Diputación de Salamanca. Ayuntamiento de Ledesma. Salamanca, 2008.
Centro de Interpretación de la Historia de Ledesma, Bletisa. C/ San Miguel, s/n. Aquí podéis informaros de las actividades y rutas que tienen específicas para niños.
www.turismoledesma.com La Oficina de Turismo de Ledesma está en la Plaza Mayor, 1. Podéis poneros en contacto con ellos aquí.
Visita a los obradores donde se fabrican las rosquillas de Ledesma:
C/ San Miguel 14. [email protected]
(0034) 923 570 729
C/ Policarpo Cuevas Trilla 5. [email protected]
(0034) 923 570 008