Al oeste de Salamanca, en la frontera con Portugal, se alza desde hace siglos un orgulloso castillo: San Felices de los Gallegos. Situado en el sorprendente y desconocido entorno natural de las Arribes del río Águeda, en la comarca del Abadengo, San Felices fue declarada conjunto histórico-artístico en 1965, y en 1995 recibió el Premio de Turismo de la Junta de Castilla y León. También pertenece a la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica. No solo eso, sino que además fue elegido en 2020 el Pueblo más bello de Castilla y León. ¿Quieres saber por qué?
Los orígenes de San Felices de los Gallegos
Prehistoria
Los vestigios prehistóricos de San Felices de los Gallegos son abundantes, aunque por desgracia no todos son visitables y/o accesibles. Pero haberlos, haylos; lo que confirma que la zona ha sido habitada desde muchos milenios, o al menos que grupos humanos se han dejado ver por aquí. El más antiguo sería el yacimiento Las Garrochas, al sur de San Felices, donde se encontró una herramienta de cuarcita de hace unos 300.000 años (Paleolítico inferior). Unos cuantos milenios más moderno es el yacimiento del Cuerno del Ciervo, que pertenece al Paleolítico superior. En él aparece un grabado en roca que representa la cornamenta de un ciervo, de ahí el nombre.
En el Museo Arqueológico Padre Belda, en Alba de Tormes, podemos encontrar útiles y ajuares que se han localizado en la región.
Edad de los metales
En el yacimiento de Lombo del Castillo está ubicado en una colina próxima a San Felices, y allí se han encontrado restos cerámicos y lo que parece ser una muralla derrumbada, que podría pertenecer a la Edad de Bronce y quizá haber sido utilizado también durante el Hierro.
Castro de Castelmao
Este es el yacimiento más importante de San Felices, originario de la II Edad del Hierro. Está ubicado en una posición elevada, con grandes desniveles debido a su proximidad a las Arribes del Águeda y el arroyo Alijón. Así se facilitaría la defensa del lugar, que actualmente está en el interior de una finca privada. Castelmao contaba con una muralla y un único acceso a la población, junto con un gran campo de piedras hincadas que impedían el acceso de los enemigos al recinto tanto a pie como a caballo.
Se considera que la escultura zoomorfa conocida como el Burro de San Antón procedía del castro de Castelmao, aunque en la actualidad está colocada junto a la Ermita del Humilladero.
La Edad Media: los distintos propietarios y la construcción de un castillo
Aunque el primer documento en el que se nombra a San Felices data de 1284, el historiador Guillermo Toribio de Dios remonta su origen al año 688. Se dice que fue entonces cuando el obispo de Oporto, Félix XI, fundó el pueblo con una colonia de gallegos, de ahí la procedencia del nombre.
Los siguientes siglos fueron bastante confusos, siendo San Felices reconquistada en el siglo XII. En estos primeros momentos la población fue pasando por distintas manos: perteneció entonces a la iglesia de Santa Águeda de Ciudad Rodrigo, que era de la Orden de Cluny; y posteriormente a la realeza castellana. La pujanza de la localidad era cada vez mayor, convirtiéndose en un destacado nudo comercial en el que se estableció el Mercado de los Lunes.
La Historia sigue y las luchas por la frontera se sucedieron. San Felices pasó a formar parte del reino Portugal, luego volvió a ser parte de Castilla, después otra vez portugués…
San Felices portugués
El rey Dioniso I de Portugal , después de largas negociaciones sobre la raya y la propiedad de las villas fronterizas, decidió que había llegado el momento de construir un castillo en aquella villa; no en vano a este monarca se le ha apodado el Fabricador. Para dotar de mayor seguridad al conjunto, se construyó una muralla -conocida como la cerca vieja- pero no fue la única. ¡San Felices tuvo hasta 5 recintos amurallados!
Vuelta a la Corona de Castilla
Los problemas con la ubicación de la raya continuaron en el siglo XIV entre D. Dionisio y su yerno, el rey Fernando IV de Castilla. Se decidió que San Felices retornara a la Corona de Castilla, pues a ésta había pertenecido durante más de 100 años seguidos. Además, la celebración del matrimonio entre María de Portugal y el nuevo rey castellano Alfonso XI propició el entendimiento entre ambas familias.
San Felices de los Gallegos como residencia real
En 1374 se instalaron en el castillo de San Felices Beatriz de Portugal y Leonor, viuda e hija respectivamente de Sancho de Castilla, conde de Alburquerque, con toda su corte. La proximidad de San Felices a la frontera permitía a las princesas mantener el contacto con ambas partes de su familia. Leonor de Alburquerque se casó con el infante Fernando, llegaron a ser reyes de Aragón y de sus hijos, cuatro fueron reyes. Fue, además, la abuela de Fernando el Católico….
El motín del arco de las campanas
María de Aragón, hija de Leonor y por matrimonio reina de Castilla, heredó San Felices y, al morir, pasó a su hijo, Enrique IV. A pesar de que Enrique prometió a los habitantes de San Felices que no entregaría la villa a ningún noble, la localidad pasó por varias manos a lo largo del siglo XV. El marqués de Villena, el conde de Ureña o el infante Juan de Portugal fueron algunos de sus propietarios. Éste último defendía los derechos al trono de Juana, la Beltraneja, frente a su tía Isabel, que tenía grandes partidarios entre los habitantes de San Felices. Hubo un motín al grito de ¡la villa por doña Isabel!, que terminó con el ahorcamiento en el arco de las campanas de Gracián de Sessé, alcaide de San Felices y representante del infante portugués. Los Reyes Católicos entregarán en 1479 la villa a García Álvarez de Toledo, Duque de Alba.
La época moderna
Después de los ajetreados siglos medievales, San Felices comenzó una época tranquila y próspera. La economía iba cada vez mejor, con lo cual llegaron más personas a vivir allí, se fundaron los conventos de San Juan y de la Pasión, y se construyeron algunas casonas importantes.
El castillo siguió en uso durante los siglos XVII y XVIII, ya que se instalaron las tropas durante la guerra que sublevó a Portugal contra Felipe IV y 100 años después durante la Guerra de Sucesión. La guarnición y los vecinos de San Felices actuaron de manera heroica salvando al V duque de Osuna y su ejército de la persecución portuguesa en 1664. Durante la Guerra de Sucesión, San Felices volvió a caer frente a los ataques portugueses… A pesar de la presencia militar, las siguientes décadas fueron bastante tranquilas y prósperas en San Felices.
La Guerra de la Independencia
En 1809 el ejército francés ocupó San Felices, atacando desde el vecino Lumbrales y envolviendo toda la villa. Las batallas en la frontera se sucedían, pero poco a poco los franceses iban retrocediendo. Tras volar la plaza de Almeida (Portugal), la guarnición francesa iba a retirarse en San Felices, cosa que a duras penas lograron. Permanecieron aquí acantonados hasta que en 1812 el Duque de Wellington recuperó Ciudad Rodrigo.
Como en tantos lugares, el siglo XIX fue catastrófico para el patrimonio religioso de San Felices. Los desastres de la Guerra de la Independencia , unidos a los procesos de desamortización, afectaron a varias ermitas y se destruyó el convento de San Juan de Letrán. Además, un incendio destrozó parte del interior de la iglesia parroquial, acabando con el artesonado mudéjar y el retablo del siglo XVI.
San Felices de los Gallegos en la actualidad
El siglo XX supuso un continuo abandono de la población hacia las grandes ciudades, debido principalmente a la mala comunicación por carretera y ferrocarril. En las últimas décadas se ha invertido en servicios públicos, rehabilitaciones y mejoras en el pueblo. La promoción turística de San Felices es muy importante, su casco histórico está bien cuidado y el hermoso entorno natural invita a disfrutar al aire libre.
El castillo de San Felices de los Gallegos. ¿Cómo se hizo?
Si San Felices se pierde, no hay hasta aquí fuerza alguna que pueda hacer resistencia
Primera etapa constructiva
Durante la primera etapa se levantó la cerca vieja, que adaptaba su forma a la orografía del terreno. Se empleó granito local, sacado en parte de la futura plaza de armas que quedaba en el interior. Los sillares no están perfectamente labrados, lo que indica que no fue un encargo de la realeza. La cerca llegó a contar con 5 cubos de planta rectangular, también construidos entonces, y 2 torres albarranas algo posteriores. Existía una primitiva torre del homenaje conocida como Puerta Torre, que hoy está tapada por una de las albarranas. Se puede observar desde el jardín del Centro de Visitantes. En esta sección la sillería ya es de mejor factura.
D. Dionis y el castillo
Con el rey Dioniso (D. Dionis) y sus herederos se van realizando sucesivas mejoras en la cerca vieja. En este momento se levantan las 2 torres albarranas y la Puerta del Moro, de arco de apuntado. Lo más destacado de su intervención es la fundación del castillo, con lo cual se añaden elementos palaciegos a los puramente defensivos.
La torre del homenaje se mejoró cuando residían en ella la princesa Beatriz y su hija Leonor y, especialmente, cuando pasó a manos de la Casa de Alba. Se colocan los escudos familiares y se construyen las características garitas semicirculares. En el interior se preparan el calabozo, el aljibe y el depósito de pólvora.
La nueva guerra
La mejora de las técnicas de artillería al finalizar la Edad Media supuso que los castillos mejoraran sus defensas a la par. La parte inferior de los castillos se reforzó con barreras o falsasbragas de gruesos muros que escondían piezas de artillería para poder disparar directamente a ras de suelo -donde estaría el enemigo-. Para que los soldados no consiguieran acercarse, se cavaron profundos fosos. El foso de San Felices está hoy cegado, pero nos podemos acercar a la barrera y asomarnos por las cañoneras de artillería.
La sede del Gobernador Militar
En el siglo XVIII la muralla se convierte en un recinto abaluartado, con tres baluartes pentagonales que conviven con la fortificación medieval. La rápida ejecución y falta de fondos se notan en la pobreza de la construcción, ya que otros fuertes próximos (Ciudad Rodrigo y Aldea del Obispo) están mucho mejor rematados.
El Gobernador Militar dedicó la torre del homenaje a almacenes, mientras que se adaptaron varias estancias cerca de las barreras y falsasbragas para dedicarlas a alojamiento.
¿Qué ver en San Felices de los Gallegos?
Arquitectura religiosa
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de Entrambos Álamos
Es la iglesia mayor de San Felices y está ubicada en la Plaza de España, donde confluyen las principales calles de la localidad. Sus restos más antiguos son de estilo románico: una hilera de canecillos con formas de cabezas humanas que están situados en el muro norte. Algo posterior es la puerta occidental, de arco de medio punto ligeramente apuntado con cuatro arquivoltas y tres columnas con decoración vegetal a ambos lados.
En el siglo XVI la iglesia se amplía. Se construye la puerta meridional, que da hacia la plaza: bajo un alfiz gótico se abre una portada con cuatro arcos de medio punto, que se apoyan en unas finas columnas. Se levantó una nueva torre en la cabecera del templo. En el interior también se llevaron a cabo reformas, convirtiendo al templo en una iglesia de planta basilical con tres naves, con el coro situado a los pies y la cabecera poligonal con bóveda de crucería.
La iglesia se cubría con un interesantes artesonado de madera, que lamentablemente se perdió durante el incendio del siglo XIX. Unos años antes se había modificado la torre y levantado una nueva a los pies del templo.
Arco de las campanas
A pesar de estar separada, el arco (o torre) de las campanas pertenece a la iglesia parroquial. Es una construcción de época románica y su función original era defensiva, ya que pertenecía al segundo recinto de la muralla.
Sobre una planta rectangular se abre un arco apuntado que sirve de puerta. Por el lado interior, que es el que da al castillo, aparece una estrecha escalerilla que conduce a un semitorreón que alberga una escalera interior. Se llega al piso de las campanas, cobijadas bajo dos arcos de medio punto y cubierto por una techumbre de madera.
Entonces, si el lado interior es el del castillo, ¿la iglesia quedaba fuera del recinto? Según explica Lorenzo Martín (bibliografía abajo), la torre puede ser anterior a la construcción de la iglesia, que se levantó fuera quizá por falta de espacio intramuros. Las nuevas murallas que se construyeron sí incluían el templo.
Convento de la Pasión
Las buenas mujeres del convento
En el centro de San Felices se alza el convento de la Pasión, fundado en el siglo XVI por doña Petronila Quadrado, de Ciudad Rodrigo. La señora fue de limosnera a la corte de los Reyes Católicos y otras grandes familias de la época y, cuando recaudó la cantidad suficiente, viajó a Roma donde el papa Julio II le concedió el derecho para la fundación y la potestad para elegir abadesa, nombrándose a sí misma. Cuando murió doña Petronila, su familia seguía siendo la encargada de elegir a la abadesa, por lo que las monjas de la comunidad fueron a juicio para revocar dicho derecho y ganar su propia autonomía.
La religiosa más destacada del convento fue la Madre Trinidad, natural de San Felices. Al quedarse huérfana entró en el convento como sirvienta, y más tarde tomó los hábitos, llegando a abadesa.
Arquitectura del convento de la Pasión
El conjunto conventual está dividido en el propio convento, la iglesia y la huerta. La primitiva iglesia era del siglo XVI, pero debido a su mal estado se construyó una nueva en el siglo XVIII. La reforma fue de gran envergadura: no sólo se rehizo la iglesia, sino que aprovechando que había nuevos maestros canteros en San Felices también se construyeron nuevas celdas. La iglesia tiene una única nave dividida en tres tramos: dos se cubren con bóveda de crucería y el tercero con bóveda esquifada. El coro tiene dos plantas y se sitúa a los pies de la nave. El acceso a la iglesia es por la calle Fría a través de una puerta bajo un arco carpanel, rodeado por sencillas molduras con orejeras. En la parte inferior aparece una decoración de volutas y en la superior un frontón roto curvilíneo con un escudo que recuerda el derecho a elegir abadesa. La austera fachada se anima gracias a la sencilla decoración de los marcos de las ventanas. El templo está tal cual se terminó en 1768.
Por su parte el claustro tiene planta trapezoidal, adaptándose al espacio disponible, aunque también es sustituto del primitivo. Cuenta con dos alturas, sujetado el superior por columnas de granito similares a las del Ayuntamiento (aunque éstas son posteriores). La galería superior está cerrada y entre las columnas hay ventanas, ya que los inviernos en la zona pueden ser muy fríos.
La torre-mirador completa el “skyline” de San Felices, junto con la torre del castillo, la de la iglesia y el arco de las campanas.
Las ermitas de San Felices de los Gallegos
San Felices contó en su mejor momento con 17 ermitas, de las que se han conservado la de Jesús Nazareno o del Humilladero (siglo XVI) y la de Nuestra Señora del Rosario (antiguamente de la Luz, siglo XVIII). Todas ellas contaban con sus propias cofradías.
Ermita del Humilladero
Tiene su origen en un templo románico del que no se han conservado restos, aunque la planta seguiría el mismo trazado. El interior está dividido en dos tramos cuadrados: uno se cubre con bóveda de crucería octopartita y el segundo con bóveda de crucería simple. Durante su construcción uno de los maestros canteros fue llevado a juicio porque quiso construir las bóvedas en ladrillo en vez de piedra, que era lo acordado en el contrato. En el siglo XVIII se construyó un camarín en la cabecera. En los pies se añadió un pórtico en el siglo XIX y en 1960 se completó con una espadaña.
Ermita de Nuestra Señora del Rosario (antiguamente de la Luz)
Este templo está en el centro del pueblo, en el lugar que debió abrirse una de las puertas de la muralla. Comenzó a construirse en el siglo XVIII un poco para sustituir a la ermita de Rocamador. La planta es de cruz latina cubierta con bóveda de crucería; en el crucero la bóveda es elíptica sobre pechinas. La puerta de acceso cuenta con una sencilla decoración con molduras. La fachada se remata con un frontón triangular truncado con espadaña para las campanas.
Hospital y ermita de Rocamador
Era uno de los lugares más antiguos de San Felices y, aunque se hicieron varios arreglos, nunca fueron suficientes para evitar su deterioro. Al estar próximo a la Puerta del Puerto todos los peregrinos portugueses que realizaban el Camino de Santiago o iban hacia la Peña de Francia pasaban por delante. Su función era, por tanto, acogerlos. Pero también se hospedaban aquí otros transeúntes y estudiantes pobres camino de Salamanca. Con el nombre de Rocamador se construyó una ermita de nueva planta de la que hoy se conservan únicamente los arcos en la calle D. José Manzanera.
También existió el hospital y ermita de la Misericordia, fundado originalmente en el siglo XVI y del que hoy se conserva el edificio. Cuenta con una entrada en arco de medio punto con grandes dovelas. Durante la Guerra de Sucesión funcionó como hospital militar.
Arquitectura civil
El núcleo urbano de San Felices de los Gallegos, con sus vías principales y callejuelas, ha permanecido prácticamente inalterado desde el siglo XVI.
Como es de esperar existieron otras puertas de acceso a San Felices en los sucesivos recintos amurallados, aunque de la gran mayoría sólo se conserva el nombre: de los Lagares, de la Luz, de la Alhóndiga, de Bañobárez… Pero es la Puerta del Puerto la entrada principal a San Felices: las casas más señoriales estaban muy próximas, también el hospital de Rocamador preparado para acoger a los peregrinos y, siguiendo la misma calle, la iglesia.
La alhóndiga
La alhóndiga del siglo XVI es un edificio con entrada porticada que servía para almacenar el grano. Fue costeada por el Duque de Alba, quien encargó materiales de calidad. Actualmente es la Casa de Cultura, pero antes también sirvió como matadero.
Casa Consistorial
El Ayuntamiento es un edificio construido bajo el reinado de Carlos IV, de dos alturas situado frente a la iglesia parroquial. El piso superior se sustenta sobre un pórtico con 7 columnas de granito sin basas. Arriba cuatro grandes balcones se abren hacia la plaza. En su interior estaba la cárcel de San Felices.
Casas señoriales
Aunque el estado de conservación de los elementos originales es variable, sí que destacan algunas de las casas señoriales de San Felices de los Gallegos. La Casa de los Mayorazgos está frente a la iglesia y fue construida en el siglo XVI. De la Casa de los Señores del Ron, junto al convento de la Pasión, se decía «Los señores del Ron comen todos a este son». El escudo familiar estaba también sobre la Puerta del Puerto. Probablemente el caballero del Ron era el encargado de custodiar las puertas de San Felices. El son no es otro que el de la bocina de guerra que sonaba cuando se avistaba a algún enemigo acercándose a la villa.
San Felices de los Gallegos para niños
El recinto defensivo
Uno de los grandes atractivos de ir a San Felices de los Gallegos con niños es conocer su fabuloso castillo y recinto amurallado. Tanto si decidimos ampliar conocimientos accediendo al interior, como si nos quedamos viviendo aventuras en los exteriores, estoy segura de que a los niños les surgirán mil preguntas e ideas interesantes.
Datos para la visita al castillo de San Felices
El castillo cuenta con un Aula de Interpretación; visitable los sábados de 11.00 – 14.00, y de 16.30 – 19.00; y los domingos y festivos de 11.00- 14.00. El acceso cuesta 2,25 €; si es un grupo de más de 10 personas 2,00 € cada una, y los niños menores de 5 años gratis. La dirección es c/ Toriles, 22; y el teléfono 923521517.
Museo del Aceite Lagar del Mudo
El cultivo tradicional de las Arribes del Águeda era el olivo, del que encontramos tres variedades: manzanilla, zorzal y negrilla. El Museo del Aceite de San Felices está ubicado en una almazara del siglo XVIII que estuvo en funcionamiento hasta los años 1950. La restauración y acondicionamiento del espacio fue tan respetuoso con el patrimonio que mereció la medalla de Europa Nostra en el año 2002.
En el Museo del Aceite se explica todo el proceso para la obtención del oro líquido a partir de la aceituna mediante distintos recursos y materiales originales. El nombre le viene porque su propietario era sordomudo.
Datos para la visita al Museo del Aceite Lagar del Mudo
El Museo está situado en la C/ Los Pozos, 23 de San Felices. Las tarifas para acceder al Museo son de 2,25 €, grupos de más de 10 personas 2,00 € cada una, y los niños menores de 5 años gratis. Los horarios son viernes y sábados de 16.30 a 20.00 y los domingos de 11.00 a 14.00. Podemos contactar con él a través del teléfono 605 989573 o vía email [email protected]
Centro de Interpretación de la Cantería
En este Centro de Interpretación aprenderemos todo sobre el granito: desde cómo se forma en el interior de la Tierra, la labor de los canteros y otros artesanos, hasta sus numerosos usos en arquitectura.
Datos para la visita al Centro de Interpretación de la Cantería
El Centro de la Cantería está situado en la C/ Pozos, 4. Las tarifas para acceder son de 2,25 €, grupos de más de 10 personas 2,00 € cada una, y los niños menores de 5 años gratis. La visita se puede concertar en el Castillo durante su horario de apertura: los sábados de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 19.00; y los domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas. Podemos contactar con él a través de los teléfonos 923521517 o 639547046.
El noveno
La tradición de esta fiesta se remonta al siglo XIX. El 11 de mayo de 1852, San Felices ganó el pleito del «noveno» que mantenían contra el duque de Alba desde hacía varios siglos por las rentas que debían pagarle los vecinos. ¿Por qué se llama así? La tasa a pagar a la Casa Ducal era «el noveno de los frutos» obtenidos en las cosechas. Los pleitos fueron ganados por el ilustre vecino de San Felices D. José Manzanera.
El noveno es una Fiesta de Interés Turístico Regional que se celebra el segundo fin de semana de mayo. La plaza se cierra con carros de labranza, trillos y demás aperos para que se acomode el público. Se organizan encierros, capeas y novilladas; después se celebra una misa de acción de gracias donde se lee la sentencia del juicio del «noveno».
Fiestas populares de San Felices
A demás de la celebración del noveno, San Felices de los Gallegos celebra el primer fin de semana de mayo la procesión de la Santa Cruz, organizada por la cofradía de Jesús Nazareno, a la que acuden numerosos peregrinos portugueses. Con fecha variable es la celebración del Corpus Christi, de la cofradía del Santísimo Sacramento. Ambas fiestas proceden del siglo XV, y destacan los altares provisionales, alfombras de tomillo y la riqueza del vestuario de los cofrades.
Parque multiaventura
Para los más atrevidos escaladores San Felices de los Gallegos cuenta con un parque multiaventura con rocódromos, tirolinas, y varios puentes colgantes de diversa dificultad. Podéis ver aquí más información y contacto con el parque.
Itinerarios y paseos
Por San Felices de los Gallegos y alrededores
Recorrer las tranquilas calles de San Felices con niños supone en sí una actividad muy entretenida. Como en casi todos los pueblos pequeños, el tráfico suele ser bastante escaso, por lo que los niños pueden jugar casi a su aire. El entorno del castillo da pie a que su imaginación vuele, ya que parece sacado de un cuento. Podrán buscar lagartijas y escalar en las enormes rocas que hay alrededor.
Fuentes, puentes y molinos
Este sencillo recorrido sale del casco histórico de San Felices a través del Arco del Puerto. La primera parada es la fuente Puerto, una fuente abovedada y con escalera. Si volvemos sobre nuestros pasos, regato abajo, en la primera calleja a la derecha aparece la fuente Oscura. Al seguir bajando encontraremos el puente de Santa Ana, construido bajo el reinado de Carlos IV. Muy cerca del puente hay un molino que ha sido rehabilitado y un área de descanso para que podamos reponer fuerzas. La última parada es el castillo de San Felices.
¿Se nos ha quedado corto el paseo? Podemos bajar desde el castillo hacia el puente de La Rodavila, que cruza el arroyo del mismo nombre.
Sendero del Aceite
Los olivares fueron durante mucho tiempo el cultivo predominante del Abadengo, por lo que San Felices está rodeada de olivos. Esta ruta circular une San Felices de los Gallegos con Ahigal de los Aceiteros por un terreno bastante suave cultivado con olivos y almendros, donde también encontramos molinos y fuentes de piedra.
Por el Parque Natural de Arribes del Duero
El Parque Natural de Arribes del Duero ofrece numerosas rutas y caminos para caminantes en todo tipo de condición física. En San Felices de los Gallegos encontramos la zona denominada Arribes del Águeda, donde impresionantes acantilados encajonan el río hasta su desembocadura en el Duero.
GR 14.1 Puente de los Franceses
El Puente de los Franceses es uno de los hitos arquitectónicos de San Felices. Se construyó a mediados del siglo XVII en el camino que iba a Portugal, y fue reparado a finales del siglo siguiente porque sus tres arcos se habían derrumbado.
¿Cómo llegar hasta aquí? Saliendo de San Felices por la calle Cuesta, vamos bajando por un camino ancho y cómodo. Se llega a un cruce que, si seguimos a la derecha, nos llevaría al impresionante mirador de la Mesa del Conde, llamado así por ser frecuentado por el conde D. Sancho de Alburquerque, padre de la reina Leonor. Seguimos bajando, y el camino se hace más complicado y empinado, puesto que ya vamos llegando al río. Ésta parte de la etapa es la que tenemos que tener en cuenta al ir con niños, pues puede resultarles más dura. Si al llegar al puente tenemos ganas de seguir la ruta, podemos seguir el camino hacia Puerto Seguro.
Castro de Castelmao
Para acceder al castro hay que seguir la ruta que nos llevaría al Puente de los Franceses. Cuando se han recorrido unos dos kilómetros desde San Felices, aparece un camino a la izquierda que nos conducirá hasta Castelmao, ubicado muy cerca del arroyo del Alijón.
GR 14.1. Ruta de los Castros. De San Felices a Sobradillo
Esta ruta es un poco más larga, ya que es una continuación de la Senda del Aceite que nos había dejado en Ahigal de los Aceiteros. Se realiza cómodamente ya que no tiene grandes desniveles, aunque va subiendo y bajando pequeñas lomas. En Sobradillo encontraremos la Casa del Parque Natural de Arribes del Duero, donde nos podrán dar más información sobre este entorno y sus lugares a descubrir.
Ruta de las Fortificaciones
La Ruta de las Fortificaciones recorre las localidades de San Felices de los Gallegos, Ciudad Rodrigo, Yecla de Yeltes y Aldea del Obispo, situadas en el oeste salmantino, muy cerca de la frontera con Portugal. Todas cuentan con importantes elementos de arquitectura defensiva, así que en la visita aprendemos la evolución de las fortificaciones militares. El ejemplo más antiguo está en Yecla de Yeltes, un fabuloso castro de origen vetón. El castillo de San Felices reúne los elementos más característicos de la Edad Media. Por su parte, las fortificaciones de Ciudad Rodrigo y Aldea del Obispo pertenecen al siglo XVIII, cuando se impusieron los baluartes como sistema defensivo. Ya que estamos por la zona, yo aprovecharía para cruzar la raya hacia Almeida, conocida como la estrella del interior.
¿Cómo llegar a San Felices de los Gallegos?
San Felices de los Gallegos está situado en la frontera con Portugal, a la entrada del Parque Natural de Arribes del Duero y 105 km desde Salamanca, los dos caminos para llegar vienen a tener la misma duración: 1 hora y 25 minutos. El primero es tomar la autovía A-62 hasta Ciudad Rodrigo y después la SA-324 hasta el propio San Felices. La segunda ruta nos lleva desde la capital hasta Lumbrales por la CL-527 y allí tomaremos la SA-324 hasta San Felices.
La empresa Arribes Bus, S.L. hace la ruta Salamanca-San Felices de los Gallegos. Desde la capital sale un servicio los lunes a las 15:00 y los viernes a las 18:00. Desde San Felices la frecuencia es lunes y viernes a las 07:15. El teléfono de contacto de sus oficinas en Salamanca es 923 223388; y en Vitigudino 923 520013.
El tiempo en San Felices de los Gallegos
Para que nuestra visita a San Felices de los Gallegos sea lo más agradable posible y no nos llevemos sorpresas meteorológicas, lo mejor es consultar el tiempo antes de ir aquí.
Parada y fonda
Casa rural y hoteles en San Felices de los Gallegos
En San Felices de los Gallegos existen varias opciones para poder alojarnos y pasar unos días de descanso y aventura. En la web del Ayuntamiento están todos indicados con sus números de contacto, capacidad y equipamiento.