En el corazón de la Sierra de Francia, rodeado de frondosos bosques se encuentra San Martín del Castañar, sin duda uno de los pueblos más encantadores de España. La combinación de su arquitectura tradicional serrana, sus impresionantes parajes naturales, los yacimientos arqueológicos y gastronomía convierten a San Martín del Castañar en una apuesta segura para disfrutar en familia.
Historia de San Martín del Castañar
El antiguo San Martín del Castañar
Las estelas romanas
Gracias a dos estelas funerarias romanas podemos conocer a algunos de los vecinos más antiguos de San Martín del Castañar. En una de ellas se puede leer la siguiente inscripción:
BOLOSEA / BREVI.F.VIX / AN. LXX.H.S.E S.T.T.L / REBURRUS /TAPORI.F.CE / NTURIO /MARTRI que se traduce como «Bolosea, hija de Brevio, vivió 70 años. Aquí yace. Que la tierra te sea leve. A su madre (dedica este monumento) el centurión Reburro, hijo de Tapor». Además, aparece decorando la estela una luna creciente, quizá relacionada con la creencia pagana que identificaba la noche con la muerte. Esta estela se encuentra junto al pórtico de la iglesia parroquial.
La siguiente estela se encontró en la ermita de San Benito y como decoración lleva dos semicírculos con un punto central. Se puede leer TANCINUS AM / BATI F AUN / AN IV H S E / AMBATUS / TANCINILI / F FILO, que significa: Tancino, hijo de Ambato, de cuatro años, aquí yace. Ambato, hijo de Tancinilo, (dedica este monumento) a su hijo. Podemos encontrar esta estela en las proximidades del puente romano.
El yacimiento de La Legoriza
El yacimiento de La Legoriza se encuentra a pocos kilómetros de San Martín del Castañar. El acceso es bastante sencillo y apto para ir en familia, ya que discurre a través de pistas y carretera. Muy cerca hay un área recreativa para poder recuperar fuerzas, que siempre viene bien. En mitad de unos canchales de granito y entre los árboles aparece este yacimiento, donde han se han encontrado dos placas de pizarra con inscripciones visigodas. Una de ellas representa a un personaje con un solo ojo, conocido como Polifemo. En la Edad Media se conocía al lugar como equarizam, que significa caballerizas.
Según las investigaciones que se llevaron a cabo hace unos años, La Legoriza fue un campamento minero. El hierro se extraía de minas cercanas y se llevaba al campamento para fundirlo y trabajarlo: había que convertirlo en herramientas, utensilios, armas… Los restos conservados son los cimientos de varias habitaciones cuadradas y una ovalada. Las cuadradas se sitúan adosadas unas a otras, formando una hilera. Hay algunas que son más grandes y otras pequeñitas, pero se conserva bien el vano de la puerta para acceder. Si, efectivamente, La Legoriza fue un campamento minero, podemos imaginar que serían talleres y almacenes. La sala ovalada es de mayor tamaño y se encuentra separada del resto, ¿era quizá donde se reunían los artesanos?. También es muy interesante un sarcófago-horno que les habría servido para fundir el hierro.
La Edad Media en San Martín del Castañar
La primera evidencia documental de 1175 es bastante polémica ya que se menciona a San Martín (Sancti Martini a Castaneto) cuando el papa Alejandro III dota a Ciudad Rodrigo de su propio obispado. Pero en el archivo catedralicio de Salamanca aparece el primer documento fechado en 1225, cuando San Martín del Castañar es cedido por Alfonso IX al obispo de Salamanca, a quien perteneció la villa hasta que con la Constitución de Cádiz se cambió el sistema jurisdiccional del Antiguo Régimen. El obispo tenía jurisdicción civil y criminal, siendo el encargado de nombrar a los alcaides que habrían de representarle. Curiosamente, San Martín del Castañar fue el único pueblo de su entorno que no pertenecía al conde de Miranda sino al obispo. Además, todos formaban parte de la diócesis de Ciudad Rodrigo menos San Martín, que era de Salamanca.
La repoblación
Se cree que los habitantes que participaron en la repoblación cristiana de San Martín del Castañar tenían origen francés, debido a la influencia de Raimundo de Borgoña, y de ahí la advocación a San Martín de Tours. Otro grupo de habitantes fueron los propios serranos quienes, bajo la dominación musulmana, se habían dispersado por la zona.
De la Edad Moderna hasta nuestros días
En 1575 algunos habitantes de San Martín solicitaron la incorporación de la villa a la Corona, para dejar de pertenecer al obispo. Otros, en cambio, no estaban dispuestos a pagar al Papa por el permiso, así como asumir el riesgo de que el Rey decidiera luego vender la villa a otro dueño que les subiera los impuestos. Tras varias reuniones de comités, idas y venidas de papeleo, San Martín del Castañar siguió formando parte del obispado.
El máximo de población se produjo entre los años 1940-50, cuando llegaron a vivir en San Martín más de 900 habitantes. Desde entonces, la cifra no ha dejado de descender, superando hoy en día los 220 vecinos. La actividad turística, sobre todo en Semana Santa y verano, es uno de los motores económicos de la localidad.
Urbanismo
El crecimiento de San Martín del Castañar fue más o menos espontáneo, aunque el primer núcleo se estableció alrededor del castillo dando lugar al conocido como barrio de los olleros. Quizá el espacio que hoy ocupa la plaza de toros pudo ser al principio un corral público.
Las siguientes casas se construyeron alrededor de la iglesia, que es grande, por lo que se supone que había bastantes feligreses. El terreno escarpado sobre el que se asienta San Martín hace que la única forma de crecimiento fuera hacia el oeste a lo largo de lo que sería la calle Larga. Llegado a un punto, ésta se dividía en dos: por un lado el camino hacia Salamanca y por el otro el de La Alberca. Este ensanche se convertiría en la Plaza Mayor y allí se ubicaría el Ayuntamiento. Como no podía ser de otra manera, en la Plaza Mayor se encontraban reunidas las más altas instituciones de San Martín: el ayuntamiento, el palacio del obispo, la escuela, la cárcel y la fuente.
Hubo una pequeña judería alrededor de la calle Callejina, o Callejuela, del Barrio del Rincón, aunque no está muy claro dónde estaba la sinagoga. A finales del siglo XVII este barrio judío ya había sido desmantelado.
¿Qué ver en San Martín del Castañar?
El castillo de San Martín del Castañar
El castillo es el edificio más significativo de San Martín del Castañar. Se construyó sobre una colina en la parte más elevada del pueblo, rodeado de fuertes pendientes que hacían más fácil su defensa. Sólo se podía acceder a él cruzando todo San Martín, ya que su puerta se encontraba abierta hacia la explanada donde está la plaza de toros. Siempre se ha considerado que data del siglo XV, aunque se cree que hubo fortificaciones anteriores en el mismo lugar. Quizá se construyó para defenderse de algún ataque musulmán, o de las pretensiones anexionistas de Miranda del Castañar…
Desde el siglo XVI el castillo fue utilizado como cárcel por los obispos de Salamanca, señores de la villa. Los obispos eran los encargados de administrar la justicia en sus tierras: los presos ingresaban primero en la torre de la Catedral Vieja de Salamanca y después eran enviados al castillo de San Martín.
En ésta misma época se tasaron los bienes de la localidad cuando algunos de sus habitantes quisieron pasar a formar parte de la Corona. Entonces se dijo de la fortaleza que estaba «bieja y gastada»; de la cerca mayor se dice «estar rraçonable» y de la torre vieja «estar perdida y sin teja ny madera y cayéndose». Aunque parte de los ingresos generados por la recaudación de multas se empleaban para la conservación del castillo, siempre eran insuficientes.
El catastro de Ensenada de 1752 ya lo describía como ruinoso. Desde 1834 el interior se utiliza como cementerio. La nota final de su azarosa historia fue la caída de un rayo en los años 1920, que derribó dos lienzos de la torre nueva.
¿Cómo es el castillo de San Martín del Castañar?
El castillo tenía dos torres y varias dependencias más bajas que han desaparecido; y estaba rodeado de una cerca defensiva. Ésta fue aumentando su tamaño según las necesidades hasta crear la cerca mayor. El acceso al recinto está en esviaje: cuando se entra a la cerca mayor hay que girar a la izquierda y pasar por los pies de la torre nueva.
La torre vieja está situada más al sur. Se conservan sus cuatro muros con un vano cerrado por arco de ladrillo. La torre nueva, al norte, tiene restos de almenas y ventanas abocinadas.
El castillo de la Biosfera
En los últimos años se rehabilitó y consolidó el castillo para poder crear el Centro de Interpretación y recepción de visitantes de la Reserva de la Biosfera. Adosado a la torre nueva, se construyó una escalera metálica que permite utilizar la torre como mirador de las dos sierras que dan nombre a la Reserva: la de Francia y la de Béjar.
Como todo buen castillo, el de San Martín del Castañar también cuenta con su propia leyenda. La historia es que el conde de Miranda tenía una hija muy hermosa, a la que iban a casar con un rico heredero castellano. Durante la celebración de unas fiestas en Miranda, conoció a un joven caballero de San Martín, y hubo un flechazo. Los enamorados se fugaron a las Batuecas, donde permanecieron escondidos hasta que al padre de ella se le pasó el enfado y les perdonó, aceptando su relación. Para ellos construyó el castillo de San Martín del Castañar, donde vivieron felices y comieron perdices. La leyenda fue recreada por Lope de Vega en su comedia Las Batuecas del Duque de Alba.
Arquitectura tradicional
La disposición urbana estrecha y alargada de San Martín del Castañar presentaba, en principio, poco espacio para edificar, por lo que las casas se construyeron en altura. A lo largo de los siglos se ha mantenido muy cuidada la arquitectura tradicional de la Sierra de Francia, que emplea materiales autóctonos: piedra, ladrillo, madera y adobe. El piso bajo suele estar construido en granito, pero el armazón de la vivienda es de madera. Los muros se realizaban con un entramado de vigas y tramones que se rellenaba de adobe o ladrillo. Según la calidad de la casa, este entramado podía enlucirse o dejarse visto. Para proteger las viviendas de las inclemencias meteorológicas, se construían aleros y voladizos, de manera que los grandes balcones originales quedaban a salvo de la lluvia.
El interior de las casas se dividía en dos mitades por una enorme viga maestra de madera de castaño. Las casas contaban, además, con dos entradas: una para personas y otra para animales. Como en tantos otros lugares, éstos se guardaban en el piso inferior, para favorecer el calor de la vivienda. En el piso principal de la residencia se encontraban el salón y las alcobas y arriba, en el último piso, la cocina y el horno. El aseo se construía quitando espacio al balcón de la fachada principal.
La iglesia de San Martín
La iglesia parroquial está dedicada, como no podía ser de otra manera, a San Martín de Tours, santo francés que gozó de mucha popularidad durante la Edad Media. Como en casi todos los pueblos, la iglesia ha sufrido distintas reformas y modificaciones a lo largo de los siglos, en función de las necesidades de los feligreses y de la cantidad de dinero que tuvieran para sufragar los gastos. En San Martín encontramos uno de los ejemplos más impresionantes del mudéjar salmantino.
La parte más antigua de la iglesia de San Martín son las naves, realizadas en ladrillo y granito durante el siglo XIII. Son tres naves, y se separan entre sí por dos parejas de arcos de grandes dimensiones, dando la impresión de ser un espacio bastante amplio. Los muros exteriores son de la misma época, pero están construidos en mampostería – de bloques de piedra, vamos. Pero volvamos al interior: la nave central está cubierta con una armadura mudéjar de madera muy elaborada que es una maravilla. ¡Obligatorio mirar hacia arriba! Por su parte, las cubiertas laterales caen a una sola vertiente.
Actualmente la iglesia tiene sólo un ábside, aunque pudo tener 3. A principios del siglo XVI se renovó la capilla mayor y se cubrió con un artesonado de madera. En el mismo momento, más o menos, se renueva también la capilla del lado de la Epístola -la derecha, mirando hacia el altar- con una techumbre mudéjar de fantástica factura, similar a la que tendría el altar mayor.
El lado del Evangelio -a la izquierda- es bien distinto. Cuenta con una bóveda de crucería gótica, realizada en sillería perfectamente escuadrada, lo que demostraría una mayor pujanza económica en ese momento. Para soportar el peso de la bóveda, en el exterior se levantaron contrafuertes y una línea de imposta, también decorada.
A finales del siglo XVII había llegado el momento de restaurar la capilla mayor: se abrirían ventanas bajo la cúpula, que iría sobre pechinas; la capilla aumentaría de tamaño y se cubriría con una bóveda de cañón con lunetos, además, se ampliaría la sacristía. Las obras se prolongaron unos años más de lo previsto… Ya metidos en obras, aprovecharon la ocasión para sustituir el altar hispanoflamenco por uno escultórico, que es el que hoy se conserva. Destaca la imagen de San Martín de Tours vestido con traje charro.
La torre se levanta a los pies de la iglesia: su base es de mampostería aunque luego la talla de la piedra va mejorando hasta convertirse en dignos sillares de granito. Justo delante se abre el pórtico, que cuenta con tres arcos en la parte delantera y uno en cada lateral. Sujetan la techumbre a tres aguas columnas jónicas. El conjunto del pórtico y la torre data de finales del siglo XVI.
En cuanto a los accesos, la iglesia de San Martín cuenta con tres: el portal de Gallardía, en el lado norte, construido durante el siglo XIII; el portal meridional, en el lado sur, protegido con un tejadillo del siglo XVI; y el portal occidental, que se encuentra bajo el pórtico.
Puente y calzada romanos
Aunque al puente se le conoce como romano, aparentemente no lo es. Tal vez sea medieval, o de algún momento intermedio; la primera noticia que se tiene sobre él es en un documento de archivo es de 1557. En cualquier caso, el puente es muy lindo: es pequeño, sólo tiene un ojo y el trazado es oblicuo. A mí me gusta llamarlo cariñosamente «mi primer puente romano», dicho sea con todo el respeto del mundo.
El puente está unido a la calzada romana, de la que se conserva un trecho hasta la ermita del Humilladero. ¿Es romana de verdad? Tal vez, aunque no fuera una vía principal, pudo ser uno de los caminos secundarios próximos a la Vía de la Plata.
Las ermitas de San Martín del Castañar
De las cuatro ermitas que tuvo San Martín sólo se conservan dos: la del Socorro y la del Humilladero. Las otras dos eran las de San Benito y Santa Lucía, ambas en ruinas pero accesibles a través de distintas rutas.
Ermita del Socorro o de San Sebastián
Esta ermita ha contado casi desde el principio (siglo XV) con la doble advocación a la Virgen y a San Sebastián. Está situada muy cerca del Puente Romano. Construida con tres cubos de tamaño descendiente en sillería de granito: el mayor y el mediano son el espacio de culto, mientras que el más pequeño es la sacristía / camarín. Destaca la armadura morisca sobre el altar, aunque es mucho más sencilla que la de la iglesia parroquial.
Ermita del Humilladero
Si seguimos caminando por la calzada romana, llegaremos en seguida a la ermita del Humilladero. Se cree que originalmente fue una cruz de piedra o madera, a la que se le construyó un tejado para protegerla de la intemperie. La estructura se sostiene con 6 pilares tallados de granito que se apoyan en unos muros de media altura en mampostería, y una pared posterior que hace las veces de cabecera del templo. ¿Lo más interesante? La reja, de 1557, y la armadura mudéjar que cubre el conjunto.
La abadía San Martín del Castañar: el convento de Santa María de Gracia
El convento de Santa María de Gracia se construyó hacia 1430 en mitad del bosque en unos terrenos que le habían cedido al obispo Sancho López de Castilla. Los frailes franciscanos fueron recibiendo en las décadas siguientes numerosas donaciones por parte de los feligreses, lo que les permitió ir aumentando las instalaciones y enriquecer los bienes muebles. Pero el convento destacaba principalmente por su fantástica biblioteca, que gozó de buena fama por la cantidad y calidad de sus ejemplares. Contaba con una escuela de gramática donde se formaban nuevos novicios; también descansaban aquí los frailes que regresaban de la peregrinación a la Peña de Francia.
Como en tantos otros lugares, la Guerra de la Independencia fue el inicio del aciago siglo XIX. El convento fue saqueado por los franceses durante la contienda y, hacia 1837, fue abandonado. La desamortización tampoco le hizo ningún favor… En 1903 lo compra el Padre Cámara, quien estableció un colegio sólo se usó en verano. Después pasó a manos particulares y ya ha caído en la ruina y el expolio total. Se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio, aunque algunas de sus imágenes, tallas y reliquias sí se conservan en la iglesia parroquial de San Martín.
San Martín del Castañar con niños
Alejandra (@alenoafer) que es buena conocedora de San Martín del Castañar y sus alrededores, así como una inagotable viajera, ha colaborado con Historia, maleta y niños para ofrecernos los mejores planes con los que disfrutar en familia de este maravilloso lugar. ¡Muchas gracias!
Rutas de senderismo sencillas para ir con niños en San Martín del Castañar
Todos los que tenemos niños sabemos qué cualidades y gustos tienen, y también sabemos que todos no son iguales, por lo que yo describo estas rutas en función de mi hija, Nahia, que tiene 6 años, y llevo llevándola al monte y a andar desde bebé. Le gusta y lo disfruta, es capaz de hacer kilómetros casi como yo, así que esto tenerlo en cuenta a la hora de poneros las botas y salir a caminar, porque hacer una ruta con un niño quejándose todo el rato no es agradable para nadie. Dicho esto comenzamos:
Ruta de los Espejos
Seguramente la ruta desde San Martín del Castañar más conocida y de la que más información encontraréis. Es una ruta que une tres pueblos: San Martín, Sequeros y Las Casas del Conde. Salen unos 9 kilómetros, su dificultad es baja y es circular, así que la dirección que elijamos es cosa nuestra. Nosotros empezamos dirección Sequeros. Atravesaremos un paisaje frondoso y repleto de esculturas modernistas de diferentes autores: una puerta abierta que no conduce a ningún sitio, una aguja que remienda una enorme piedra, montones de búhos, una vidriera colgada de los árboles, tallas en los árboles… Todos estos descubrimientos que haremos por el camino, nos ayudarán a tener entretenidos a los más pequeños.
Llegamos a Sequeros, reponemos fuerzas y visitamos el Humilladero. De ahí continuamos para Las Casas del Conde: el camino desde aquí y hasta el final es más despejado, para mí menos entretenido, pero disfrutaremos a cambio de unas maravillosas vistas de la Sierra de Francia.
Camino de los Molinos y Yacimientos Visigodos
Para hacer esta ruta, podemos elegir entre dos opciones: la larga de unos 9-10 km o la corta de unos 5 km. Ambas rutas están perfectamente señalizadas con paneles informativos.
Comenzamos por la ruta corta: esta ruta la comenzamos en el pueblo y llegaremos hasta el Campanario de los Diablos. Empezamos la ruta cruzando el puente Tabla, bajamos una pronunciada pendiente y nos adentramos en el valle del río Francia. Pasamos el mirador del río y llegamos al molino del Tío Enrique. En el cruce se nos indica que continuemos por la derecha hacia las Cascadas Sin Fin y el Camino de la Horca. La ruta la puedes alargar lo que quieras, hacerlo a tu ritmo, parando y disfrutando del paisaje.
La ruta larga, de unos 9-10 km, circular y también de dificultad baja aunque la distancia hace que si vamos con niños lo tengamos en cuenta. Comienza en el mismo punto que la corta. En esta ruta pasearemos entre viñedos hasta la calzada romana que nos lleva al Humilladero. Las señales nos indican el inicio de la ruta en el puente Tabla, donde retomamos en parte la senda del camino corto. Cuando llegamos al cruce, nos decantamos por el camino de la izquierda. En el camino, además de disfrutar del paisaje, nos encontramos diferentes frases en láminas de madera.
Continuamos el sendero junto al río Francia al Pico Manceras, hasta la cima, donde encontramos un mirador con una campana. ¿Te resistirás a tocarla? El camino continúa bien señalizado y, disfrutando del paisaje y sin prisa, llegaremos al castro visigodo de La Legoriza y de ahí continuamos al lugar de partida.
Ruta del Tejar
Esta ruta corta y cómoda nos lleva a lo largo de unos 2 km por una pista en la que podremos ver los restos del antiguo tejar y el almacén. Allí encontraremos un panel interpretativo para conocer parte de la historia de este lugar.
Ruta de los Huertos
Pequeña ruta que transcurre por los huertos de los vecinos. Me gusta hacerla en primavera, aunque estos dos últimos años no ha sido posible, ya que podemos disfrutar de los cerezos y manzanos en flor. En verano esas cerezas hacen las delicias de mi hija, ya que no hay mejor sabor que el de una cereza robada, mientras el vecino te guiña un ojo para darte permiso, pero ella no se entera.
Ruta desde el pueblo hacia el río Francia
Esta ruta es otra ruta de estas que ya es tradición y repetimos en más de una ocasión, ya que sale desde al lado de casa, es bonita y tiene la maravillosa recompensa de poderte dar un chapuzón en un lugar maravilloso, en el que últimamente no hay ni gente.
Lo dicho: comenzamos en el pueblo, está señalizada y es de apenas 1,5 km. Eso sí, si calienta el sol, tómatelo con mucha calma y lleva agua en abundancia. El camino no es difícil, pero tiene alguna zona que para aquellas personas no acostumbradas puede resultar incómoda, es recomendable llevar buen calzado.
Ruta por el pueblo
Esta es la ruta que hacemos todos los años el día que llegamos, digamos que es la de reconocimiento, comprobar que todo sigue ahí desde la ultima vez que estuvimos. Empezamos en la entrada del pueblo, por la calle principal, pasamos por la plaza y cogemos agua en la fuente: aquí está el portalón y el punto de información turística.
Avanzamos un poco más y nos encontramos con la iglesia. Subimos a ver las mejores vistas desde el Castillo de la Biosfera, no sin antes entrar a la plaza de toros:
Por todo el pueblo encontramos parterres de flores con frases escritas, todas ellas con dichos y tradiciones locales, a ver si sois capaces de saber qué dicen…. ¡yo no!
De aquí, y atravesando el pueblo de nuevo, pasamos por el puente Romano y nos dirigimos a la piscina, este año no sé si abrirán o no tal y como está la situación, el año pasado no, lo que es una pena. Aquí nos encontramos una maravillosa terraza donde tomar algo, mientras los peques juegan en el parque. Podemos alargar el paseo un poco más por la calzada romana hasta el Humilladero o quedarnos simplemente disfrutando de la tranquilidad del entorno.
Cualquiera de estas rutas es una maravilla en cualquier época del año, ya que el paisaje cambia tanto que yo por lo menos no me aburro nunca Otro añadido para darle un plus, es la gastronomía de la zona, pero esto se merece un apartado propio
Juego de las pistas de San Martín del Castañar
Una de las cosas que más nos gustan de San Martín es el juego de las pistas. A lo largo de todo el pueblo hay varias señales que nos proponen buscar algunos elementos curiosos en los alrededores: pueden ser una piedra singular, una inscripción, un elemento decorativo… El camino por el pueblo se convierte en una aventura para ojos observadores. ¿Seremos capaces de encontrar todas las pistas?
Cuentos tradicionales de San Martín del Castañar
La Sierra de Francia es una zona muy rica en tradiciones populares, entre ellas los cuentos que van pasando de generación en generación. En esta época en la que nuestros niños están más pendientes de las pantallas que de la vida real, también es importante que hagamos el esfuerzo de mantener vivas estas historias, pues son el patrimonio de todos. Hace unos años se escribió un recopilatorio de narraciones de la Sierra de Francia, y aquí os transcribo unos cuentos de San Martín del Castañar, para que los disfrutéis con los más jóvenes:
La zorra y el cuervo
La zorra se encontró un día con un cuervo que estaba comiéndose un queso, que lo había cogido en un balcón y lo estaba comiendo en un árbol. Y la zorra estaba abajo viendo cómo comía. Y ella con un hambre que se pelaba. Y ella dice:
– Cómo haría yo pa comerme yo el queso y decirle a este bicho algo, pa que se pusiera contento…
Empezó a adularlo desde abajo:
– Uy, con ese plumaje que tienes, eres el ave más bonita que hay en el mundo. Si yo tuviera ese plumaje no sé qué haría – empezó la zorra.
El cuervo se emocionó tanto que se puso a cantar y soltó el queso. Y entonces la otra se lo comió. Le cayó el queso del árbol pa abajo y mira cómo se arregló, como astuta que es la zorra, pa comerle el queso del pobre cuervo que estaba comiendo.
Eloy Cruz García, 73 años. 26/12/1992. En Cuentos de tradición oral en la Sierra de Francia, de José Luis Puerto.
El cuco y sus hermanas
El cuco lo llaman cuco, pero era muy burro en la escuela. Tenía dos hermanas: una era la golondrina y otra era la abubilla. Y la abubilla, si la conocéis, es un pájaro que tiene un moñito arriba, precioso; bueno, pues aquélla siempre dice:
– Yo di un buey, yo di un buey….
Si la oís cantar, dice:
– Yo di un buen buey, yo di un buen buey, yo di un buen buey… – hace.
Y la golondrina dice:
– Siete mil reales yo di…
Como es tan fina cantando, dice:
– Siete mil reales yo di, por ti, por ti, por ti, por ti….
Porque era muy burro. Dicen el cuco, pero es que no aprendió más que en las escuela que la «pe» y la «cu», por eso dice:
– Pecu, pecu, pecu…
No aprendió más que las dos:
– Pecu, pecu, pecu….
Y por eso las pobres hermanas dieron el capital que tenían: una dio un buey que tenía y la otra, siete mil reales. Y ya te digo, las otras dos listas y él tan burro que salió.
Eloy Cruz García, 73 años. 26/12/1992. En Cuentos de tradición oral en la Sierra de Francia, de José Luis Puerto.
El predicador ignorante
Pues era un cura que estaba aquí y el pobre era muy poco experto, sabía muy poco. Y él dice que le tocaba predicar en la fiesta. Y dice:
– ¿Y cómo me arreglaré yo pa predicar, si yo ni me he estudiao ni sé nada?
Bueno, pues se subió al púlpito y dice:
– Bueno, pues yo lo voy a preparar esto, antes de irme al sermón.
Y fue y antes de salir al sermón había allí cerca de su casa un señor que tenía un pajar, que se llamaba el señor Víctor. Y, bueno, pues le prendió a arder y se fue al sermón. Y cuando subió allí arriba, al púlpito, dijo:
– Señores, os voy a decir cuatro palabras: Si no me queréis creer no me creáis, pero el pajar del señor Víctor está ardiendo…
Pues la gente salió de allí corriendo. Cuando se fueron, dice:
– Ay, este hombre era santo. Este hombre es sabio…
Y no sabía nada. Y fue como se salió del lío.
Eloy Cruz García, 73 años. 26/12/1992. En Cuentos de tradición oral en la Sierra de Francia, de José Luis Puerto.
Eso se contaba aquí.
Datos útiles sobre San Martín del Castañar
¿Cómo ir a San Martín del Castañar?
A San Martín del Castañar se puede llegar por varios caminos desde Salamanca capital, estando aproximadamente a algo más de una hora de viaje. Lo más corto (unos 75 km) es ir por la CL-512 hasta Tamames, y allí tomar la SA-210 y después la SA-215 hasta el mismo San Martín.
Un poco más largo (93 km) es el trayecto que nos lleva por la autovía A-62 hasta La Fuente de San Esteban, donde nos desviaremos por la SA-215 hasta San Martín.
Si nos decantamos por ir en trasporte público, hay una empresa de autocares que cubre la ruta Salamanca – Mogarraz / La Alberca, realizando parada en San Martín del Castañar. Podéis consultar aquí el horario y tarifas.
El tiempo en San Martín del Castañar
Para que nuestra estancia en San Martín del Castañar sea lo más agradable posible y no nos encontremos con alguna sorpresa meteorológica que arruine nuestro viaje, lo mejor es consultar en Aemet la predicción del tiempo.
Alojamiento y restaurantes en San Martín del Castañar
La oferta de alojamientos en San Martín de Castañar, aunque no excesivamente amplia debido al tamaño del pueblo, sí cubre las necesidades de todo tipo de viajeros: hoteles y hospederías, casas rurales, alojamientos de turismo rural…
La gastronomía es uno de los puntos fuertes en la oferta de ocio de San Martín del Castañar. Existen varios restaurantes que seguro ofrecen platos con los que poder chuparnos los dedos. Además, si lo que queremos es tomar algo rápido, también hay una oferta variada de bares y cafeterías.
Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia
San Martín del Castañar está ubicado en un paraje espectacular al sureste de la provincia de Salamanca. En su castillo está la Sede Central de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia: un paisaje de gran valor ambiental y cultural compuesto por el Parque Natural de las Batuecas – Sierra de Francia y los Espacios Naturales de Quilamas y Candelario.
Pero, ¿qué es una Reserva de la Biosfera?
Las Reservas de la Biosfera son espacios especiales que conjugan una gran diversidad ambiental con el desarrollo económico y social. España tiene en la actualidad 52 Reservas de la Biosfera, lo que la convierte en el país con más territorios así declarados.
La Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia
La Reserva de la Biosfera incluye a 88 municipios, entre los que destaca San Martín del Castañar. Dentro de esta demarcación son también muy importantes la Zona de Especial Protección para Aves -por la población de cigüeña negra- y el yacimiento arqueológico de El Berrueco. Algunos de los restos más antiguos son las famosas cruzianas: las huellas fósiles de trilobites que se pueden ver en algunos pueblos como Monsagro.
Flora y fauna
Las Sierras de Francia y Béjar harán las delicias de los aficionados al senderismo y los paseos por el monte. Imponentes bosques de robles, encinas, fresnos y castaños nos acompañarán permanentemente, así que podremos disfrutar de las explosiones de color a lo largo de todo el año. También existen núcleos con otras especies más singulares: como el madroño, en Miranda del Castañar; el acebo en Linares de Riofrío o los carballos de San Martín del Castañar.
La fauna de la Reserva de la Sierra de Francia es especialmente rica, contando con más de 5000 especies de invertebrados y 300 de vertebrados. Hay dos especies endémicas -sólo pueden ser encontradas aquí- la colmilleja del Alagón (este pez toma su nombre de los antiguos habitantes prerromanos, los vetones, llamándose Cobitis vettonica) y la lagartija de la Peña de Francia (Iberolacerta martinezricae). Si miramos hacia el cielo encontraremos buitres leonados y negros, águilas, cigüeñas negras y, entre los bosques, jabalís, ciervos e incluso linces.
Conjuntos histórico-artísticos de las Sierras de Francia y Béjar
Si la naturaleza nos ha resultado fascinante, la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Francia y Béjar ofrece aún más atractivos. En su territorio encontramos 34 Bienes de Interés Cultural: ruinas paleolíticas, arte rupestre, santuarios, castillos, iglesias, plazas de toros, calzadas romanas…. Un amplio abanico para todos los gustos. Muchos de ellos se engloban en los 8 municipios que cuentan con la distinción de ser Conjuntos Histórico-Artísticos: La Alberca, Mogarraz, San Martín del Castañar, Sequeros, Miranda del Castañar, Villanueva del Conde, Béjar, Candelario y Montemayor del Río. Pasear por sus calles tranquilamente y disfrutar de su curiosa arquitectura tradicional siempre merece la pena.
El ser incluido en la categoría de Reserva de la Biosfera también lleva implícito un rico folklore. En el caso de las Sierras de Béjar y Francia se manifiesta en el bordado serrano que decora sus trajes típicos, la joyería en oro, plata y coral y diversas facetas de la artesanía: cestería, alfarería, orfebrería…
Y, como tanto recorrer mundo abre el apetito, pues a reponer fuerzas con cualquiera de los platos típicos. ¡Todo está delicioso!
Turismo e industria en la Reserva de la Biosfera
Todo esto está muy bien, pero ¿de qué vive la gente en la Reserva de la Biosfera? El sector con mayor auge actualmente es el turismo, así que el visitante no se va a sentir desatendido en ningún momento de su estancia. Tradicionalmente la industria textil, sobre todo en Béjar, ha tenido mucho empuje, dejando muy interesantes muestras de patrimonio industrial. No podemos olvidar el sector chacinero con el jamón D.O. Guijuelo, y lo que mueve detrás en cuanto a ganadería. Respecto a la agricultura se cultiva con gran éxito olivos y cerezas, aunque también destaca la vid y su D.O. Vinos Sierra de Salamanca.
Si queréis saber más…
El Ayuntamiento de San Martín del Castañar
La información más actualizada sobre San Martín del Castañar la podemos encontrar en la página oficial del Ayuntamiento.
La Oficina de Turismo de San Martín del Castañar
La Oficina de Turismo de San Martín del Castañar está en la Plaza Mayor. Dentro nos ofrecerán información sobre San Martín y la Sierra de Francia, así como encontrar el Museo Etnográfico, el taller de artesanía de María Segovia, y venta de recuerdos de San Martín del Castañar.
Salamanca Mudéjar
La Diputación de Salamanca acaba de hacer pública la página web SalamancaMúdejar, donde a través de imágenes panorámicas de gran calidad se puede acceder al interior de los templos más destacados de la provincia.
Red Española de Reservas de la Biosfera
En la web de la Red Española de Reservas de la Biosfera podéis encontrar información actualizada sobre los 52 espacios protegidos con los que cuenta España.