Este relato de Lewis Carroll es uno de mis libros favoritos, por eso, cuando descubrí que Tove Jansson y Alicia en el País de las Maravillas estaban tan vinculadas me lleve una gran sorpresa. Sin lugar a dudas, Jansson había conseguido una de las mejores ilustraciones del último siglo y medio.
En 1959, unos tres años antes de la publicación de sus hermosas ilustraciones para The Hobbit y casi dos décadas después del nacimiento de sus icónicos Moomins, Tove Jansson recibió el encargo de ilustrar una edición sueca de Alicia en el País de las Maravillas. Creó así una sublime fantasía que entremezcla el mundo de Carroll y el Valle de los Moomins.
El editor Åke Runnquist pensó que Jansson encajaría perfectamente en el proyecto, ya que había ilustrado previamente una traducción sueca de La Caza del Snark, también de Carroll. Prueba de que no se equivocaron fue que cuando Runnquist recibió sus ilustraciones terminadas en el otoño de 1966 e inmediatamente le envió un telegrama emocionado a Jansson: «Felicidades por Alicia, has producido una obra maestra».
Vuelve a Tove Jansson y el universo de los Moomins